miércoles, 23 de abril de 2014

Mini Franco


I. FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS Y SOCIALES DEL RÉGIMEN FRANQUISTA.
Llamamos franquismo al régimen instaurado por Franco a raíz de su victoria en la Guerra civil. Desde 1939 a 1975 es un régimen dictatorial pero sufrió algunos cambios de naturaleza que hay que tener en cuenta. De principio a fin fue una verdadera dictadura, siempre tuvo todos los poderes en su mano, él pensaba que no tenía que responder más que “ante Dios y ante la Historia”. Los historiadores dudan entre llamarlo fascista, totalitario, autoritario, todavía hay quienes lo defienden. Es una amalgama entre estado totalitario, dictadura militar, estado fascista y monarquía absoluta sin rey.
1.1 Ingredientes ideológicos.
1)
FALANGE: Franco nunca fue un falangista convencido, pero la Falange le resultaría de gran utilidad. Gracias a la desaparición de su fundador, José Antonio Primo de Rivera, Franco pudo utilizar el partido a su antojo. Aunque la Falange tuviera su importancia nunca tuvo ministros de gran influencia.

2)
NACIONAL-CATOLICISMO: Desde el comienzo de la guerra adoptó una mentalidad nacional-católica radical. Se veía a sí mismo como hombre providencial elegido por dios para la salvación de España. “Franco, caudillo de España por la gracia de Dios”. Franco puso en manos de la Iglesia el control de la educación.

3)
MILITAR. Siempre su justificación viene de haber ganado la guerra. El Estado de Guerra duró hasta 1948, aunque a partir de 1964 se hablara de “paz” más que de “victoria”. La mentalidad militar se reflejaba en el autoritarismo del régimen.

4)
NACIONALISMO ESPAÑOL, fruto del pensamiento falangista y tradicionalista, sirve como aglutinante social, en contra de las exigencias autonomistas de catalanes y vascos. La unidad histórica de España lleva a fórmulas retóricas como la “unidad de destino en lo universal”.

5)
NACIONAL-SINDICALISMO, contra el comunismo y el capitalismo, unos principios liberales sobre la propiedad y controles sindicales, laborales y políticos del fascismo.

6)
DEMOCRACIA ORGÁNICA: rechaza el sistema de partidos y crea la Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista, partido único similar al fascismo que acabará denominándose Movimiento Nacional, de pertenencia obligatoria para los funcionarios. La democracia orgánica consistía en que no se votaba ideas enfrentadas, sino que se organizaba la política por las unidades naturales de la sociedad: familia, sindicato y municipio.
1.2. Las “familias” del régimen.

Aunque Franco nunca contara con las simpatías de ninguno de los grupos que lo sustentaban, supo mantenerse en el poder variando los apoyos, nunca se sustentó en un solo grupo político o ideológico, haciendo equilibrios entre el poder civil, militar y eclesiástico. La diversidad de influencias se manifiesta en las diversas familias. Unas eran grupos corporativos, como el Ejército o la Iglesia, otros eran políticos, como la Falange, también había grupos de presión como el Opus Dei, o los “tecnócratas” de los años sesenta. Los monárquicos al principio apoyaron la sublevación del 18 de Julio, pero el heredero, don Juan de Borbón, en el manifiesto de Lausana (1945), al reclamar la jefatura del Estado enturbió las relaciones con el dictador. Los carlistas no plantearon problemas serios.

1.3. Bases sociales.

Además de los grupos citados, el franquismo se sintió respaldado por los grupos sociales que habían apoyado la sublevación militar: grandes terratenientes, empresarios industriales, financieros, pequeñas burguesías provincianas y el campesinado católico del norte y centro del país. Los apoyos sociales aumentaron con el clientelismo.

La acomodación voluntaria al franquismo se impulsó en los años sesenta gracias a la relativa prosperidad que sucedió a los durísimos años de la posguerra. El crecimiento económico hizo surgir una clase media muy numerosa que transigieron las restricciones políticas y las libertades a cambio de un nivel aceptable de bienestar.

Nada pudo ayudar más a que el régimen durara casi cuarenta años que la falta de conciencia política y la frustración cultural en que el franquismo mantuvo a los españoles. A través de un control absoluto de los mecanismos de propaganda y educación: un modelo de enseñanza autoritario y coactivo. Todo ello pudo, en cierta manera, perpetuar el llamado “franquismo sociológico”.


2. ETAPA AZUL. LA POSGUERRA.
En una primera etapa su actuación estaba cercana al eje Roma-Berlín-Tokio. Las carteras estaban repartidas entre las diferentes familias de influencia política: el ejército, los católicos (enseñanza), los tradicionalistas (justicia), falange (agricultura, trabajo, sindicatos y subsecretaría del Movimiento), y conservadores (Hacienda, obras públicas, industria y comercio). Los monárquicos quedaron fuera del régimen por su apoyo a Don Juan.

La política social se reguló con el Fuero del Trabajo. El Estado asumía la tarea de garantizar a los españoles, la patria, el pan y la justicia. Además se controlaron los salarios, y se establecía que las retribuciones. El Estado se convierte en asistencial y paternalista. Se abolen los sindicatos y se crean los sindicatos verticales, únicos y obligatorios que integraban en cada rama de la producción todos los elementos.

Por supuesto se derogó la ley del divorcio y todos los avances sociales de la mujer y la criminalización de las actitudes sexuales "atípicas".

Durante la II Guerra mundial Alemania iba ganando y España pasó a las posiciones de no beligerancia (no participa en acciones bélicas, pero sí apoya a uno de los bandos) y se arriesgó con el envío de la División Azul a Rusia.

Se volvió a la neutralidad tras la entrevista de Franco y Hitler en Hendaya (Hitler consideraba excesivas las pretensiones de España), y a que comenzaron a ganar los aliados. El régimen hizo propaganda de que Franco había evitado que España entrara en guerra. Se procuró que en las leyes se insistiera en su carácter anticomunista y se olvidara el tinte fascista. Sin embargo, las potencias vencedoras rechazaron al régimen de Franco. No se la incluyó en el Plan Marshall

La situación internacional obligó a Franco a cambiar su gobierno, desplazando un poco a la Falange y potenciando el sector católico. Se abandonó la simbología fascista.

Política económica autárquica. Se intentó que la agricultura, industria, comercio y servicios fueran autosuficientes. Por vocación y por el boicot extranjero al régimen franquista. Se restauró la Reforma agraria devolviendo las tierras a sus amos. Falló por la baja tecnología agraria, falta de capital, escasez de materias primas, imposibilidad de cooperación con otros países, falta de industria básica e infraestructura. El Servicio Nacional del Trigo obligaba a los agricultores a entregar la mayor parte de sus cosechas a un precio regulado.

Las consecuencias fueron un largo proceso de racionamiento de productos básicos (y de estraperlo), una renta
per cápita más baja, movimientos de protesta (huelgas y guerrilla), distanciamiento de occidente.

La política es intervencionista y proteccionista, lo que también propició el tráfico de influencias, y la corrupción. Una mentalidad de economía de guerra, el Estado quería lograr un control completo de la economía: salarios, precios, producción agrícola, comercio y la participación directa del Estado en la economía. Por eso se crearon empresas estatales como Endesa, Seat y Enasa. La mayor parte de estas empresas se integraron en el holding estatal llamado Instituto Nacional de Industria (INI) en 1941.

El mercado interior era muy pobre y pequeño, escaseaban los productos de consumo y la inflación era grande. El comercio exterior estaba en déficit persistente que fue sistemáticamente acabando con las divisas. A finales de los 50 llegó la crisis total.

La represión fue durísima. Además del exilio de en torno a 500.00 españoles, la Ley de Responsabilidades Políticas (1939) actuaba con efecto retroactivo, llegando hasta 1934 y condenando a los que hubieran tenido simpatías o responsabilidades políticas en la República. En 1940 se aprobó la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo y al año siguiente la Ley de Seguridad del Estado. Más de 100.000 presos en cárceles, campos de concentración, plazas de toros; torturas, apaleamientos y muertes, así como la redención de penas por trabajo (los llamados "esclavos de Franco"). Los sospechosos que permanecieron en libertad fueron depurados, especialmente los funcionarios como los maestros. Se llevó a cabo la llamada Causa General, en la que se investigaban todos los crímenes de los republicanos. El miedo se adueñó de la sociedad española. Sólo podríamos hablar de la resistencia armada de guerrilla (el maquis) en algunas zonas de España, de comunistas y anarquistas. La clandestinidad fue una manera de actuar.
3. EL DESARROLLISMO.

Esta segunda fase del franquismo se caracteriza por el final de la autarquía. Además es el comienzo de una nueva era dentro de la Guerra Fría: la firma de los tratados con EEUU y el Vaticano. Se firmaron los Pactos hispanoamericanos de 1953. El acuerdo con EEUU significaba asistencia económica y ayuda militar. A cambio 4 bases en Torrejón, Zaragoza, Morón y Rota. Ese fue, además el paso para formar parte de la ONU (1955), el Banco Mundial y el FMI.

El Concordato con la SS recogía el derecho de presentación de obispos por parte de Franco, la enseñanza religiosa, exenciones de impuestos y otros privilegios judiciales. Se acerca el OPUS DEI.

En cuanto a la política, seguían las familias franquistas, y toma especial relevancia una figura clave, el almirante Carrero Blanco, principal valedor de los primeros tecnócratas del Opus Dei, grupo de economistas liberales cercanos a la política del gobierno. En 1958 se promulgó la Ley de Principios del Movimiento. No podía ser modificada ni por referéndum. Se controlaba la opinión pública por la censura, la Ley de Prensa. En 1963 se crea el Tribunal de Orden público (TOP).

Ante la situación económica, que estaba al borde de la suspensión de pagos hubo un cambio en el gobierno. Franco nombró como ministros a Navarro Rubio (Hacienda), Alberto Ullastres (comercio) y López Rodó (Secretaría General técnica),
tecnócratas pertenecientes al Opus Dei. Esta administración tomó la iniciativa de reorganizar la economía. El Plan de Estabilización (1959) liberó radicalmente el modelo económico. Esta renovación económica dio origen a una nueva etapa de desarrollo continuado. El desarrollismo, un milagro económico español que llevó a la economía española a los países industrializados. Principalmente dirigidas a parar la inflación y adecuar la legislación económica a las internacionales. Los efectos inmediatos del plan fueron una mejora de la balanza de pagos y una severa recesión, concretada en una reducción de la demanda y un aumento del paro, lo que llevó a la emigración. Los emigrantes enviaban divisas y así se equilibraba la balanza de pagos. También benefició el turismo, generador de empleo, riqueza y divisas. Además supuso un tirón para el resto de la economía: construcción, industria.

Los
PLANES DE DESARROLLO. El primero (1963-67) creó los Polos de Promoción y Desarrollo Industrial para paliar los graves desequilibrios territoriales del crecimiento económico regional. El segundo (1968-1971) puso un mayor énfasis en la agricultura y el tercero (1972-1975), vio recortados sus proyectos por la crisis económica.

Durante este período el crecimiento económico se vio acompañado de profundos cambios estructurales. El éxodo rural, incremento de la población activa en los sectores secundarios y terciario. Se generalizaron los modernos sistemas industriales. Desde el punto de vista espacial, la periferia costera y Madrid atrajeron a la industria y el turismo, quedándose despoblado el campo.

En la población estos cambios influyeron en un aumento de la natalidad, y nuevas migraciones: éxodo rural, migraciones a Europa (Alemania, Francia, Suiza) bien temporales (vendimia) o definitivas. El crecimiento de las ciudades fue caótico en muchos casos. Aumentó la clase media y el proletariado industrial. Comenzó una sociedad consumista y algo más moderna (la época del "seiscientos"). Todo esto repercutió en las reivindicaciones políticas.
Aumentan los movimientos sindicales y los grupos políticos, entre los que destaca el PCE y los sindicatos clandestinos como las Comisiones Obreras. Esta organización fue perseguida y sus dirigentes procesados y encarcelados (proceso 1001). Para evitar que España entrara en la CEE se organizó un Congreso en Múnich en el que personalidades españolas (Madariaga, Gil Robles, Ridruejo) y grupos políticos elaboraron un tímido manifiesto en contral. El Régimen reaccionó con virulencia contra el llamado "contubernio de Múnich" y desterrando a los participantes.

El caso MATESA (1969) hizo aflorar la pugna entre tecnócratas y falangistas. La crisis se cerró un un gobierno monocolor en el que Carrero Blanco se erigió en hombre fuerte. el proceso de Burgos condenando a muerte a 16 miembros de ETA, provocó una gran reacción internacional y Franco respondió con represión y manifestaciones de aclamación en la Plaza de Oriente.
4. FINAL DEL RÉGIMEN

Momento clave para la crisis del régimen fue el atentado del almirante Carrero Blanco a cargo de ETA. Franco había decidido dejar de ser presidente de gobierno y lo había dejado en manos de Carrero. Con su muerte acaba la sucesión natural de Franco. La reacción del régimen fue el enfrentamiento entre los inmovilistas (búnker) y los aperturistas o reformistas. Se forma gobierno con Carlos Arias Navarro, que parecía ofrecer una apertura (espíritu de febrero), pero que demostró su incapacidad de democratizarse. Algunos ministros dimitieron, las protestas se hicieron más intensas y el único recurso del gobierno fue la represión (detenciones, leyes antiterroristas, censura).

Además de ETA, funcionaban otros grupos terroristas como el FRAP y el GRAPO. La oposición se organizó en la Junta Democrática de España y la Plataforma de Convergencia Democrática. Dentro de los militares también se formó la Unión Militar Democrática (UMD).

A lo largo de 1974-75, la enfermedad de Franco le impidieron ejercer el gobierno y el príncipe Juan Carlos tuvo que ejercer la jefatura interina del Estado pero sin poder alguno.

Además estaba el conflicto del Sáhara. Hassan II, rey de Marruecos, organizó en plena agonía de Franco la
Marcha Verde, una invasión pacífica del territorio. Ante el peligro de una guerra, España cedió y firmó el Acuerdo de Madrid, entregando del Sáhara a Marruecos y Mauritania.

Franco moría el 20 de noviembre de 1975, diciendo que todo estaba “atado y bien atado”, ya que “después de Franco, las instituciones”.


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