martes, 7 de abril de 2015

FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS Y SOCIALES DEL RÉGIMEN FRANQUISTA.



Llamamos franquismo al régimen instaurado por Franco a raíz de su victoria en la Guerra civil. Desde 1939 a 1975 es un régimen dictatorial pero sufrió algunos cambios de naturaleza que hay que tener en cuenta. De principio a fin fue una verdadera dictadura, siempre tuvo todos los poderes en su mano. Los historiadores dudan entre llamarlo fascista, totalitario, autoritario, todavía hay quienes lo defienden. 
1.1 Ingredientes ideológicos

1)
FALANGE: Franco nunca fue un falangista convencido, pero la Falange le resultaría de gran utilidad. La doctrina de José Antonio se diluyó y fue utilizada como instrumento para mantener los ideales del Alzamiento Nacional del 1936 y controlar la opinión pública.

2)
NACIONAL-CATOLICISMO: Desde el comienzo de la guerra adoptó una mentalidad nacional-católica radical. Se veía a sí [1]mismo como hombre providencial elegido por dios para la salvación de España. “Franco, caudillo de España por la gracia de Dios”. Franco puso en manos de la Iglesia el control de la educación. Además surgieron dos organizaciones laicas que participaron en las tareas del Estado, primero la Asociación Católica Nacional de Propaganistas (ACNP) y después el Opus Dei.

3)
MILITAR. Siempre su justificación viene de haber ganado la guerra. El Estado de Guerra duró hasta 1948, aunque a partir de 1964 se hablara de “paz” más que de “victoria”. La mentalidad militar se reflejaba en el autoritarismo del régimen.

4)
NACIONALISMO ESPAÑOL, fruto del pensamiento falangista y tradicionalista, sirve como aglutinante social, en contra de las exigencias autonomistas de catalanes y vascos. La unidad histórica de España lleva a fórmulas retóricas como la “unidad de destino en lo universal”.

5)
NACIONAL-SINDICALISMO, contra el comunismo y el capitalismo, Franco planteó el nacionalsindicalismo, retórica para ocultar su falta de conocimientos económicos y unos principios liberales sobre la propiedad y controles sindicales, laborales y políticos del fascismo.

6)
DEMOCRACIA ORGÁNICA: como antiliberal rechaza el sistema de partidos y crea la Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista, partido único similar al fascismo que acabará denominándose Movimiento Nacional, de pertenencia obligatoria para los funcionarios. La democracia orgánica consistía en que no se votaba ideas enfrentadas, sino que se organizaba la política por las unidades naturales de la sociedad: familia, sindicato y municipio, y un sistema de votación indirecta –y manejada-.
1.2. Organigrama del Franquismo

1) F
rancisco Franco: Jefe del Estado, jefe del partido, caudillo de España y Generalísimo de los ejércitos. En enero de 1938, Franco nombraba su primer gobierno con la participación de falangistas, monárquicos, militares y técnicos. Franco era jefe del Estado, del Partido, del Gobierno, presidente del Consejo Nacional y nombraba al presidente de su Junta política. Tenía poderes excepcionales para promulgar leyes.

2)
Movimiento Nacional, partido único FET de las JONS

3)
Sindicatos Verticales (posteriormente llamados Organización Sindical), que dependían de un Secretario General. Basándose en el fascismo establecía que empresarios y trabajadores se integrarían en un mismo sindicato por ramas de producción. El Estado controlaba todo el sistema y la afiliación era obligatoria. La Organización Sindical Española (OSE) tenía una estructura territorial de alcance nacional, otra sectorial que agrupaba a todos los productores y finalmente otra dedicada a obras sindicales de carácter asistencial.

4)
Las Cortes, “órgano superior de participación del pueblo español en las tareas del Estado”, nada que ver con la democracia, eran meramente consultivas. Los representantes a Cortes o “procuradores” eran designados por el poder: ministros, miembros del Consejo Nacional del Movimiento, de la Organización Sindical, “procuradores natos” por su cargo: alcaldes de las mayores ciudades , rectores de Universidades, representantes de la iglesia, sindicatos... Servía para designar la "democracia orgánica".

5)
Gobernadores civiles en cada provincia. No existe el concepto de región o comunidad autónoma
6) Capitanías Generales en el plano militar
1.3. Leyes fundamentales

-
Fuero del Trabajo (1938): líneas generales del ordenamiento laboral, inspirado en Mussolini: salario, jurisdicción, organización de la empresa y propiedad, sindicatos y seguridad social.
-
Ley de Constitución de Cortes (1942) de carácter sólo consultivo. Fue corregido por la Ley Orgánica del Estado. Representantes de los tres estamentos: sindicatos, entidades profesionales y designados por el Consejo Nacional. El sufragio era restringido y sucesivo.
- F
uero de los Españoles (17 julio 1945) lo más parecido a una constitución, califica al régimen como "nacionalcatolicismo", deberes y derechos, así como el reconocimiento formal de las libertades individuales.
-
Ley de Referéndum (1945): sufragio universal para cualquier modificación de las Leyes Fundamentales (después la Ley de Principios del Movimiento era excepción).
-
Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado de 1947. Se sometió a referéndum nacional. El Jefe del Estado se reservaba el derecho a nombrar

1.4. Las “familias” del régimen.

Aunque Franco nunca contara con las simpatías de ninguno de los grupos que lo sustentaban, supo mantenerse en el poder variando los apoyos, nunca se sustentó en un solo grupo político o ideológico, haciendo equilibrios entre el poder civil, militar y eclesiástico. La diversidad de influencias se manifiesta en las diversas familias. Unas eran grupos corporativos, como el Ejército o la Iglesia, otros eran políticos, como la Falange, también había grupos de presión como el Opus Dei, o los “tecnócratas” de los años sesenta. Los monárquicos al principio apoyaron la sublevación del 18 de Julio, pero el heredero, don Juan de Borbón, en el manifiesto de Lausana (1945), al reclamar la jefatura del Estado enturbió las relaciones con el dictador. Los carlistas no plantearon problemas serios.

1.5. Bases sociales.

Además de los grupos citados (Falange, Iglesia y ejército), el franquismo se sintió respaldado por los grupos sociales que habían apoyado la sublevación militar: grandes terratenientes, empresarios industriales, financieros, pequeñas burguesías provincianas y el campesinado católico del norte y centro del país. Los apoyos sociales aumentaron con el clientelismo.

La acomodación voluntaria al franquismo se impulsó en los años sesenta gracias a la relativa prosperidad que sucedió a los durísimos años de la posguerra. El crecimiento económico hizo surgir una clase media muy numerosa que transigieron las restricciones políticas y las libertades a cambio de un nivel aceptable de bienestar. Una nueva clase trabajadora identificó su progreso con la actuación económica del franquismo, eran los obreros apolíticos, “estómagos agradecidos”.

Tampoco estuvieron descontentas las pequeñas burguesías enriquecidas por el proteccionismo oficial a la industria en Cataluña y el País Vasco. Las generaciones de empresarios jóvenes y todos los colectivos que consiguieron promocionarse en el escalafón de la administración pública.

Nada pudo ayudar más a que el régimen durara casi cuarenta años que la falta de conciencia política y la frustración cultural en que el franquismo mantuvo a los españoles. A través de un control absoluto de los mecanismos de propaganda y educación: un modelo de enseñanza autoritario y coactivo. Todo ello pudo, en cierta manera, perpetuar el llamado “franquismo sociológico”.
1.6 Control social: puritanismo ideológico.
El franquismo impuso una involución en la vida cotidiana y en la cultura. Se impuso una dirección “paternalista” de la sociedad. Todos los factores de la vida publica y privada se pretendieron dirigir desde el Estado y el movimiento Nacional y ensalzar la figura del Caudillo. La mujer no sólo perdió el voto, sino que acabó recluida en el hogar y en la Sección Femenina de FET de las JONS, encargadas de un Servicio Social equivalente al militar de los varones.

El adoctrinamiento comenzaba en las escuelas y con organizaciones como el Frente de Juventudes. La Iglesia y la Falange fueron las encargadas de ello. Por ejemplo, las prácticas religiosas se convirtieron en actos públicos de asistencia controlada: novenas, procesiones, certificados de buenas costumbres... Prohibía las relaciones sociales como bailes, cine y otras diversiones donde todo se consideraba pecado. En la escuela se cantaba el
Cara al Sol (Himno de Falange).

La censura de libros, periódicos, cine y obras culturales empobreció el desarrollo cultural e intelectual del país. El panorama fue desolador.
  1. ETAPA AZUL. LA POSGUERRA.

    En una primera etapa Franco nombró tres gobiernos y su actuación estaba cercana al eje Roma-Berlín-Tokio. Las carteras estaban repartidas entre las diferentes familias de influencia política: el ejército, los católicos (enseñanza), los tradicionalistas (justicia), falange (agricultura, trabajo, sindicatos y subsecretaría del Movimiento), y conservadores (Hacienda, obras públicas, industria y comercio). Los monárquicos quedaron fuera del régimen por su apoyo a Don Juan.

    La política social se reguló con el Fuero del Trabajo promulgado en plena guerra. El Estado se convierte en asistencial y paternalista (ej. los economatos laborales). El carácter social lo toma del nacional-sindicalismo de la falange. Se abolen los sindicatos y se crean los sindicatos verticales, únicos y obligatorios que integraban en cada rama de la producción todos los elementos. Por su parte se aseguraba la estabilidad laboral, aunque no había huelga (era delito de sedición). Se crea la Seguridad Social en 1943 por el falangista José Antonio Girón (Seguro Obligatorio de Enfermedad).

    Durante la II Guerra mundial Alemania iba ganando y España se mantuvo en la neutralidad, pero pasó a las posiciones de no beligerancia (no participa en acciones bélicas, pero sí apoya a uno de los bandos) tanto por las presiones de estos países como las aspiraciones franquistas de expansión, especialmente los falangistas y su proyección imperialista (Serano Súñer, ministro de Asuntos exteriores, germanófilo). Además se arriesgó con el envío de la División Azul a Rusia, apoyando al ejército alemán.

    Se volvió a la neutralidad tras la entrevista de Franco y Hitler en Hendaya, y a que comenzaron a ganar los aliados. El régimen hizo propaganda de que Franco había evitado que España entrara en guerra. Se sustituyó a Serrano Súñer, se repatrió la División Azul y se procuró que en las leyes se insistiera en su carácter anticomunista y se olvidara el tinte fascista. Sin embargo, las potencias vencedoras rechazaron al régimen de Franco. No se la incluyó en el Plan Marshall. La situación internacional obligó a Franco a cambiar su gobierno.

    Se intentó que la agricultura, industria, comercio y servicios fueran autosuficientes para abastecer la demanda española. El objetivo era la autosuficiencia, por vocación y por el boicot extranjero al régimen franquista. La creación en 1939 del Instituto Nacional de Colonización, fue insuficiente para la agricultura por el atraso técnico, falta de abonos una "pertinaz sequía". El Servicio Nacional del Trigo obligaba a los agricultores a entregar la mayor parte de sus cosechas a un precio regulado. Las consecuencias fueron un largo proceso de racionamiento de productos básicos (y de estraperlo).

    La política es intervencionista y proteccionista, lo que también propició el tráfico de influencias y la corrupción. Una mentalidad de economía de guerra, el Estado quería lograr un control completo de la economía: salarios, precios, producción agrícola, comercio (mediante cuotas a la importación y control del tipo de cambio e inversiones extranjeras) y la participación directa del Estado en la economía. Por eso se crearon empresas estatales como Endesa (electricidad), Seat y Enasa (transporte). La mayor parte de estas empresas se integraron en el holding estatal llamado Instituto Nacional de Industria (INI) en 1941. A finales de los 50 llegó la crisis total. Faltaban divisas, amenazaba la bancarrota.

    La represión fue durísima. Además del exilio de en torno a 500.00 españoles, la Ley de Responsabilidades Políticas (1939) actuaba con efecto retroactivo, llegando hasta 1934 y condenando a los que hubieran tenido simpatías o responsabilidades políticas en la República. En 1940 se aprobó la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo y al año siguiente la Ley de Seguridad del Estado. Más de 100.000 presos en cárceles, campos de concentración, plazas de toros; torturas, apaleamientos y muertes, así como la redención de penas por trabajo (los llamados "esclavos de Franco"). Los sospechosos que permanecieron en libertad fueron depurados, especialmente los funcionarios como los maestros. Se llevó a cabo la llamada Causa General, en la que se investigaban todos los crímenes de los republicanos. El miedo se adueñó de la sociedad española. Sólo podríamos hablar de la resistencia armada de guerrilla (el maquis) en algunas zonas de España, de comunistas y anarquistas.


    3. EL DESARROLLISMO.

    Esta segunda fase es el comienzo de una nueva era dentro de la Guerra Fría: la firma de los tratados con EEUU y el Vaticano. El aislamiento internacional se rompió gracias al acercamiento a los EEUU, se firmaron los Pactos hispanoamericanos de 1953. El acuerdo con EEUU significaba asistencia económica y ayuda militar. A cambio 4 bases en Torrejón, Zaragoza, Morón y Rota. Ese fue, además el paso para formar parte de la ONU (1955), el Banco Mundial el FMI, la OCDE, un intento de entrar en la CEE.

    En cuanto a la política, seguían las familias franquistas, y toma especial relevancia una figura clave, el almirante Carrero Blanco, principal valedor de los primeros tecnócratas. En 1958 se promulgó la Ley de Principios del Movimiento, en la que se insistía en la unidad de los grupos políticos y sociales. No podía ser modificada ni por referéndum. Se exige su juramento en la toma de posesión de todo cargo político. La oposición seguía en el exilio y en el maquis. Se controlaba por la censura, la Ley de Prensa, los noticiarios, aunque comenzó cierta tímida apertura. En 1963 se crea el Tribunal de Orden público (TOP) para sustituir al Tribunal para la Represión de la Masonería y el Comunismo. No era menos represión, pero sí menos jurisdicción militar.

    Ante la situación económica, que estaba al borde de la suspensión de pagos hubo un cambio en el gobierno. Franco nombró como ministros a Navarro Rubio (Hacienda), Alberto Ullastres (comercio) y López Rodó (Secretaría General técnica),
    tecnócratas pertenecientes al Opus Dei. Esta administración tomó la iniciativa de reorganizar la economía. El Plan de Estabilización (1959) liberó radicalmente el modelo económico mediante: liberalización del comercio exterior, devaluación de la peseta (favorece la exportación y frena la importación), supresión del intervencionismo estatal. Esta renovación económica dio origen a una nueva etapa de desarrollo continuado. El desarrollismo, un milagro económico español que llevó a la economía española a los países industrializados. El Plan de Estabilización Económica de 1959 fue fundamental, pues acabó con la autarquía. Seguirán tres sucesivos Planes de Desarrollo. Los efectos inmediatos del plan fueron una mejora de la balanza de pagos y una severa recesión, concretada en una reducción de la demanda y un aumento del paro, lo que llevó a la emigración. Los emigrantes enviaban divisas y así se equilibraba la balanza de pagos. La clave para que no fuera un fracaso es que la economía mundial estaba en auge. También benefició el turismo, generador de empleo, riqueza y divisas. Además supuso un tirón para el resto de la economía: construcción, industria.

    Durante este período el crecimiento económico se vio acompañado de profundos cambios estructurales. El éxodo rural, incremento de la población activa en los sectores secundarios y terciario. Mayor consumo de energía, del carbón al petróleo. Se generalizaron los modernos sistemas industriales. Desde el punto de vista espacial, la periferia costera y Madrid atrajeron a la industria y el turismo, quedándose despoblado el campo.

    En la población estos cambios influyeron en un aumento de la natalidad, y nuevas migraciones: éxodo rural, migraciones a Europa (Alemania, Francia, Suiza) bien temporales (vendimia) o definitivas. El crecimiento de las ciudades fue caótico en muchos casos. Aumentó la clase media y el proletariado industrial. Comenzó una sociedad consumista y algo más moderna (la época del "seiscientos"). Todo esto repercutió en las reivindicaciones políticas. Aumentan los movimientos sindicales y los grupos políticos, entre los que destaca el PCE y los sindicatos clandestinos como las Comisiones Obreras. Esta organización fue perseguida y sus dirigentes procesados y encarcelados
    (Proceso 1001)

    Manuel Fraga, ministro de Información y Turismo presentaba la Ley de Prensa y eliminaba la censura previa (pero no la censura). Villar Palasí presentó en 1970 la Ley General de Educación que ampliaba la escolarización obligatoria hasta los 14 años. La Ley Orgánica del Estado fue aprobada por referéndum en 1966 con un despliegue propagandístico sin precedentes, con ella se dotaba de una especie de constitución para intentar satisfacer las exigencias de los países democráticas de la CEE. Para evitar que la CEE diera el beneplácito al régimen, se organizó un Congreso en Múnich en el que personalidades españolas (Madariaga, Gil Robles, Ridruejo) y grupos políticos elaboraron un tímido manifiesto en contra. El Régimen reaccionó con virulencia contra el llamado "contubernio de Múnich" y desterrando a los participantes.

    El caso MATESA (1969), un caso de corrupción protagonizado por una empresa de maquinaria textil con gran protección del régimen afloró la pugna entre tecnócratas y falangistas. La crisis se cerró un un gobierno monocolor en el que Carrero Blanco se erigió en hombre fuerte. el proceso de Burgos condenando a muerte a 16 miembros de ETA, provocó una gran reacción internacional y Franco respondió con represión y manifestaciones de aclamación en la Plaza de Oriente. Finalmente se vio obligado a indultar a los condenados.

    4. FINAL DEL RÉGIMEN

    Momento clave para la crisis del régimen fue el atentado del almirante Carrero Blanco a cargo de ETA. Franco había decidido dejar de ser presidente de gobierno y lo había dejado en manos de Carrero. Con su muerte acaba la sucesión natural de Franco. La reacción del régimen fue el enfrentamiento entre los inmovilistas (búnker) y los aperturistas o reformistas. Se forma gobierno con Carlos Arias Navarro, que parecía ofrecer una apertura (
    espíritu de febrero), pero que demostró su incapacidad de democratizarse. Algunos ministros dimitieron, las protestas se hicieron más intensas (huelgas, manifestaciones, atentados) y el único recurso del gobierno fue la represión (detenciones, leyes antiterroristas, censura).

    Además de ETA, funcionaban otros grupos terroristas como el FRAP y el GRAPO. La oposición se organizó en la Junta Democrática de España y la Plataforma de Convergencia Democrática.

    A lo largo de 1974-75, la enfermedad de Franco le impidieron ejercer el gobierno y el príncipe Juan Carlos tuvo que ejercer la jefatura interina del Estado pero sin poder alguno. La oposición se organizó creando plataformas de actuación. En 1975 de promulgó una nueva ley antiterrorista que castigaba a la penda de muerte, condenándose seguidamente a 5 activistas de ETA y del FRAP, condenas que se llevaron a cabo a pesar de la protesta internacional.

    Además estaba el conflicto del Sáhara. En 1973 se había creado el Frente Polisario. Hassan II, rey de Marruecos, con el apoyo de los EEUU, organizó en octubre, en plena agonía de Franco la
    Marcha Verde, una invasión pacífica del territorio que movilizó a miles de civiles. Ante el peligro de una guerra, España cedió y el 14 de noviembre se firmó el Acuerdo de Madrid, que suponía la entrega del Sáhara a Marruecos y Mauritania.

    Franco moría el 20 de noviembre de 1975, diciendo que todo estaba “atado y bien atado”, ya que “después de Franco, las instituciones”.



    [1] El cardenal Tarancón reconocería años después que la Iglesia tuvo “mucha culpa en hacérselo creer”.