viernes, 1 de mayo de 2015

12. El proceso de transición a la democracia y la Constitución de 1978. Los gobiernos democráticos (1979-2000).



1.      La situación a la muerte de Franco. El gobierno de Arias Navarro.
El 20 de noviembre de 1975 muere Franco. Don Juan Carlos de Borbón, jura su cargo dos días más tarde. Su discurso fue prudente pero dejaba intuir algunos cambios: sin referencias a la guerra civil, ni al Movimiento, y sí a la reconciliación, la libertad y al reconocimiento de las peculiaridades regionales. La nueva situación política estaba abierta y era la época de las transiciones de la Europa mediterránea (Grecia, Portugal y España). Los había inmovilistas, el búnker, que procedían del franquismo (viejos falangistas, ejército, sindicalismo vertical...) y los aperturistas.
 Fuera del régimen estaba la oposición que defendía la ruptura, representada por la izquierda tradicional: el PCE y el PSOE, los sindicatos clandestinos. Alrededor del PCE, símbolo de la lucha antifranquista, se crea la Junta Democrática (1974). Alrededor del PSOE, se crea la Plataforma de Convergencia Democrática. Ambas organizaciones se unieron en la Coordinación Democrática (la “Platajunta”).
El 22 de noviembre el rey “confirmó” al presidente de gobierno Carlos Arias Navarro. No hubo intento de legalizar los partidos políticos, pero sí un tímido indulto para algunos presos políticos. La situación empezó ha hacerse difícil (huelga de Vitoria, los sucesos de Montejurra). Arias Navarro presentó su dimisión.

2. El gobierno de Adolfo Suárez.
El 3 de julio de 1976, a través de la negociación de Torcuato Fernández Miranda como presidente del Consejo del Reino, fue nombrado presidente del gobierno Adolfo Suárez. España quedó sorprendida. Suárez formó un gobierno con políticos jóvenes. Con cautela, se proponía la creación de un nuevo régimen político “de ley a ley”, de las leyes de Franco a las democráticas: amnistía para presos políticos sin delitos de sangre, suprimir el Tribunal de Orden Público, disolver el Movimiento Nacional... Se enfrentó a los militares cuando legalizó los sindicatos.
La propuesta más ambiciosa se llamó Ley para la Reforma Política (LRP) Establecía el sufragio universal, unas Cortes de dos Cámaras, Congreso y Senado. Tenía que ser aprobada por las Cortes Franquistas (el “Harakiri”).
Suárez se fue entrevistando con los líderes políticos de la oposición, y poco a poco evolucionaría hacia una reforma pactada. Santiago Carrillo que se había introducido clandestinamente en España, Felipe González, etc.
Esta época vivió las más intensas movilizaciones populares, huelgas, no sólo de carácter laboral, sino también político (amnistía y autonomía regional). ETA y el GRAPO, por su parte seguían entorpeciendo por atentados que justificaban el inmovilismo. La extrema derecha se activó por fuerzas ligadas al aparato represivo del franquismo: los “Guerrilleros de Cristo Rey”, Fuerza Nueva y el periódico El Alcázar (matanza en la calle de Atocha a cinco abogados laboralistas).
La Iglesia poco a poco se fue distanciando del Régimen franquista, especialmente el cardenal Tarancón al Rey pidiendo apertura. Por el contrario, los militares, casi en su totalidad (excepto la UMD) defendía el franquismo y abominaban de las autonomías que suponen la ruptura de la Patria.
La Ley para la Reforma Política fue sometida a referéndum. La oposición pidió la abstención, pero la participación fue cercana al 70%. Esto supuso además un fortalecimiento para la postura de Suárez. La labor urgente era crear las condiciones para que aparecieran los partidos políticos. En la derecha Alianza Popular de Fraga. En el centro, Suárez se acercó algunos grupos centristas creándose la Unión de Centro Democrático (UCD) que recoge buena parte del franquismo sociológico. A la izquierda estaba el PSOE, y un sinnúmero de pequeños grupos de izquierda. El problema más grave fue la legalización del Partido Comunista (el Sábado Santo, 9 abril 1977).
Como muestra de normalización, Juan Carlos recibía de forma oficial la renuncia de su padre a la corona, conservando el título de conde de Barcelona.
Suárez inició el proceso preautonómico para las regiones que lo solicitasen. De esta forma se intentaba responder a las manifestaciones reclamando los nacionalismos históricos, catalán, vasco, gallego o andaluz. El primer paso se dio en Cataluña, donde hubo un amplísimo consenso. Se restablecía provisionalmente la Generalitat y se nombraba presidente a Josep Tarradellas, que lo había sido en el exilio. El caso vasco fue distinto debido al terrorismo de ETA y a que los nacionalistas exigían la incorporación de Navarra.

3. Elecciones generales y Constitución Española
 Se celebraron el 15 de junio con absoluta normalidad y una participación alta. Los resultados  dieron la mayoría a la UCD, seguidos por el PSOE, PCE  y AP , CIU y PNV. El centro había prevalecido, marginando las opciones extremas de izquierda y derecha. Aunque no tenían el rango de Constituyentes, las Cortes se dedicaron a elaborar una constitución democrática. El proceso fue de consenso entre los partidos, y fue larga su elaboración.
Un modelo de Estado pluralista, no centralista pero sí unitario y un régimen de monarquía parlamentaria; todo ello en el marco de una economía de mercado, si bien se posibilita cierta intervención del Estado como correctivo. Los aspectos más polémicos fueron los relativos a la articulación de las autonomías. Por ejemplo, cuando se votó la indivisibilidad de la soberanía española, el PNV se abstuvo.
El Título Preliminar contiene los valores fundamentales, con una multiplicidad de objetivos: “España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho”, es decir, que es social como principio orientador a los poderes públicos, por el interés en mejorar el bienestar de la comunidad, democrático por la participación ciudadana, y de Derecho porque todos los poderes públicos están sujetos al cumplimiento de la ley.
La “soberanía nacional reside en el pueblo español”, es decir que aunque haya sufragio universal, y haya una democracia representativa, es el conjunto de la nación quien es el titular de la soberanía de forma que sería imposible cualquier pretensión de autodeterminación por una parte del territorio. Sin embargo, la nación que es una e indivisible, reconoce y garantiza el derecho a la autonomía (Título VIII).
Los derechos y deberes fundamentales se dividen en los individuales, libertades públicas (derecho de reunión pacífica, de asociación, de educación...). La novedad la suponen los derechos económicos y sociales, la tercera generación de derechos, los “derechos potenciales” (protección a la familia, la Seguridad Social, disfrutar del medio ambiente, del patrimonio cultural, vivienda digna, integración social...). La novedad de esta constitución es la figura del Defensor del Pueblo.
3.1. La organización territorial del Estado.
Fue el capítulo más polémico de la Constitución, puesto que había que satisfacer las ansias nacionalistas de vascos y catalanes sin levantar sospechas de romper la unidad de España. Por ejemplo, para evitar enfrentamientos se utilizó el neologismo “nacionalidades” en lugar de regiones o naciones. El Estados de las Autonomías se fundamenta en la indisoluble unidad de España y en la existencia de Comunidades Autónomas con órganos e instituciones territoriales. Es un Estado Unitario (no es federal), pero no es centralista. La fórmula para acceder a la autonomía varía según se trate de una comunidad histórica (art. 151), es decir, con estatuto de autonomía en la república o no (la general es el art.143). El 151 prevé una autonomía más rápida y con mayores competencias.
Los estatutos vasco y catalán siguieron un proceso similar, aunque los resultados fueron diferentes. Fueron aprobados por Cortes y refrendados electoralmente. El catalán de manera rotunda, mientras que en el País Vasco hubo más oposición, porque HB (brazo político de ETA) pidió la abstención.

4. Los Pactos de la Moncloa.
Suárez constituiría su segundo gobierno. Paralelamente a la Constitución se encargaron de afrontar los problemas económicos derivados de la crisis del petróleo en 1973:  recesión de mercados, paro, inflación... Las condiciones económicas llevaron a los enfrentamientos sociales pidiendo no sólo libertades sino también reivindicaciones salariales. Parte de los empresarios, muy ligados al franquismo, retiraron sus inversiones.
Uno de los grandes aciertos de Suárez fueron los Pactos de la Moncloa, impulsados por  Fuentes Quintana, (25 de octubre de 1977). Fueron acuerdos a tres bandas: gobierno, empresariado, partidos-sindicatos, y tuvieron como objetivo fundamental la convalidación por la clase obrera del modelo económico y social que se establecería en la constitución. Los Pactos preveían reducir la inflación, acometer la reforma fiscal, la de la Seguridad social y la Empresa Pública. Los efectos de los Pactos de la Moncloa permitieron a los políticos concentrarse en la Constitución y mejoraron la paz social, descendieron la conflictividad y la normalización de las relaciones laborales.

5. Del gobierno de la UCD de 1977 al de Calvo Sotelo. El golpe de Estado del 23F.
Después de la aprobación de la constitución, la UCD ganó de nuevo las elecciones de 1979, con un escaso margen. Pero las elecciones municipales, las primeras de la democracia dieron el triunfo selectivo de la izquierda: los grandes núcleos urbanos pasaron a poder del PSOE.
Después de los Pactos de la Moncloa se elaboraron otra serie de leyes más polémicas. El PSOE presentó una moción de censura al gobierno, que de acuerdo con la constitución tendría que proponer un candidato, Felipe González. Suárez superó la moción pero salió muy debilitado. Se agudizó la crisis de la UCD y el 29 de enero de 1981 Suárez dimitió.
En la sesión de investidura del nuevo presidente de la UCD, Leopoldo Calvo Sotelo, 23 de Febrero de 1981, el país se sorprendió con un intento de golpe de Estado. Venía preparándose desde tiempo antes como reacción ante los cambios, y sobre todo con la excusa de la legalización del Partido comunista, las autonomías y el terrorismo. Un grupo de doscientos guardias civiles  al mando del teniente coronel Tejero, entró en el congreso. Al mismo tiempo, en Valencia se subleva  Milans del Bosh y en Madrid, la División Acorazada Brunete está a punto de sacar los tanques a la calle. Los objetivos de los golpistas eran confusos y seguramente no coincidentes del todo. Lo único claro que tenían era paralizar las reformas democráticas. Un conspirador clave fue el general Alfonso Armada, militar muy relacionado con la Casa Real. Armada parecía contar con el visto bueno del propio rey. Tras unas interminables horas, el Rey se dirigió a la nación por televisión en un breve comunicado, desautorizando el intento golpista. Al día siguiente se rindió Tejero y acabó el golpe. El juicio fue indulgente con los acusados.
El gobierno de Calvo Sotelo no se diferenció de la de Suárez. La ley del Divorcio fue la más controvertida, incluso por miembros de la propia UCD. Las tensiones nacionalistas aumentaban tras la aprobación de la Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico –LOAPA-, que rectificada en parte por el Tribunal Constitucional. En medio de la desbandada, Calvo Sotelo consiguió meter a España en la OTAN, en medio de la oposición general. La mala suerte perseguía al Gobierno (“síndrome tóxico” por aceite de colza adulterado, “caso Almería”)

6. Los gobiernos de Felipe González
La UCD perdía sus energías por sus divisiones. El PSOE se preparaba para la conquista del poder, comenzando por modernizar ideológicamente el partido. Se abandona el dogmatismo “Hay que ser socialistas antes que marxistas”. La campaña electoral prometía sanear la administración, una política socialdemócrata, un referéndum sobre la permanencia en la OTAN, 800 000 puestos de trabajo y “El cambio”. Las elecciones se celebraron el 28 de octubre de 1982, en medio de un entusiasmo general. El PSOE ganó con mayoría absoluta (202 diputados de 350).

6.1. Cambios económicos.
Felipe González en la presidencia y Alfonso Guerra de vicepresidente. La mayoría absoluta les capacitaba para poder llevar a cabo una política sin negociación. Por eso rápidamente, afrontaron la impopular decisión de la “reconversión industrial”, devaluación de la peseta, cierre de numerosas fábricas, sobre todo en siderurgia, construcción naval y electrodomésticos... Aparte jubilaciones anticipadas y reducción de plantillas. Las regiones industriales del norte fueron las más afectadas lo que provocó una etapa de violentas huelgas y disturbios.
Se privatizaron empresas del INI (SEAT). Lo que provocó una más fuerte reacción fue la expropiación del holding RUMASA. Como consecuencia del escaso crecimiento de la economía, el empleo continuó cayendo. La acción del gobierno se centró en programas de promoción de empleo, planes de jubilación anticipada y flexibilización del mercado de trabajo. El mayor problema  se encontraba en Extremadura y Andalucía y para mejorar la situación de los jornaleros, se estableció, el Plan de Empleo Rural (PER). La adjudicación de los subsidios suscitó sospechas de fraude y la oposición acusó a los socialistas de crear clientelismo.
Desde la entrada en la CEE, la inversión extranjera empujó la economía y el desempleo comenzó a disminuir. Aumentaron los ingresos por turismo, la actividad bancaria... Se introdujo el nuevo Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), se redujo el déficit público y aumentó el poder adquisitivo de los ciudadanos. Los grandes negocios inmobiliarios y el aumento de la especulación amenazaban la economía (“cultura del pelotazo”). Las celebraciones del 92 (Olimpiadas, Expo...) costaron demasiado a un país en crisis económica y con tres millones de parados.

6. 2. Cambios sociales.
        Reforma educativa:  La LODE (1984) impondría el control público de los centros privados “concertados”. Para entorpecer la aplicación de la ley hubo numerosas manifestaciones apoyadas por la Iglesia, propietaria de una extensa red de centros concertados. Después vendría la LRU (Ley de Reforma Universitaria) y la LOGSE (1990), que ampliaba a los 16 años la escolarización obligatoria y aplicaba el principio de enseñanza comprensiva.
        Relaciones con la Iglesia. Se fueron deteriorando, pero era consciente que un enfrentamiento con el PSOE fuera utilizado como arma electoral por la derecha, y es que era patente el conservadurismo de las autoridades eclesiásticas. La despenalización del aborto y la legislación educativa fueron las batallas.
        Se modificó el código civil y la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Asimismo se reformaron instituciones fundamentales como el ejército y la administración del Estado.

6.3. Las relaciones exteriores.
Siguiendo las directrices electorales de “país occidental y europeo, con una fuerte dimensión mediterránea y una clara vocación iberoamericana”. Mejoraron las relaciones con Europa (apertura de la verja de Gibraltar).
“OTAN, de entrada no” era la consigna electoral del PSOE que se había comprometido a celebrar un referéndum para retirarse de la OTAN, pero González se dio cuenta de que la retirada de la OTAN no favorecía a su gobierno y tuvo que rectificar. Asociaciones pacifistas, grupos de intelectuales ciudadanos decepcionados se unieron en un gran movimiento anti-OTAN. El referéndum fue ganado por el gobierno
La integración de España en la CEE fue el aspecto más importante. El 12 de junio de 1985 se firmaba la adhesión con un período de adaptación (1986-1993), en el que desaparecieron paulatinamente los aranceles, aunque se perdieran los beneficios del tratado preferencial. A cambio se tuvo la ventaja de los fondos de cohesión y otras ayudas para el desarrollo.

6. 4. La evolución política.
En las elecciones de 1986 el PSOE perdió más de un millón de votos, pero mantuvo su mayoría absoluta. El partido Popular (ahora Coalición Popular) no consiguió los votos de la UCD, Fraga fue sustituido. Los comunistas se reorientaron en Izquierda Unida y obtuvieron 7 diputados.
Comenzó una huelga de estudiantes primero contra los planes de estudios y la masificación.  Los sindicatos rechazaron la política económica del gobierno. La UGT y CCOO convocaron una huelga general el 14 de diciembre de 1988. Sin embargo, no impidió que el PSOE volviera a ganar las elecciones generales y que gobierno y sindicatos alejaran posturas.
El problema del terrorismo de ETA no ha encontrado solución, a pesar de los intentos del gobierno de crear fisuras ofreciendo reinserción social a sus miembros (ej. Yoyes). Los partidos contrarios a la violencia de ETA firmaron el Pacto de Ajuria Enea. En este contexto, el Gobierno inició en 1989 las conversaciones de Argel con la dirección de ETA. Aumentó la colaboración policial con Francia. También es la época de la guerra sucia contra ETA, con el caso GAL.
Proseguía el desgaste del voto socialista. La derecha se había reorganizado en el Partido Popular, con un nuevo líder, José María Aznar, y una orientación de centro-derecha. Los escándalos de corrupción política fueron creando un clima de "crispación", tanto mediática como política en el parlamento. El caso de Juan Guerra, hermano del vicepresidente del gobierno; el de Mariano Rubio, gobernador del Banco de España y especialmente el del director de la Guardia Civil, Luis Roldán, pusieron en entredicho la honradez política de esos cargos y la de aquellos que los nombraron o debían controlar. El caso Filesa, por su parte dejaba al descubierto una trama de financiación ilegal del PSOE. La oposición del PP aprovechó todos estos escándalos para acosar sistemáticamente al gobierno.
Otros aspectos importantes fueron la Guerra del Golfo que hizo resurgir el movimiento pacifista que también se ocupó de protestar contra el servicio militar. En las elecciones del 93 ganaron los socialistas pero se quedaron sin mayoría absoluta y se apoyaron en nacionalismo conservador del PNV y CiU, con lo que Jordi Pujol llegó a tener un peso importante en la política nacional. El PSOE también se enfrentaba a escándalos financieros y a la división del partido de los guerristas.
7. El triunfo del Partido Popular en 1996.
En las elecciones generales de 1996 ganó el Partido Popular con una mayoría relativa, por lo que necesitó el apoyo de los partidos nacionalistas (CiU, PNV, Coalición Canaria). La acción del gobierno en esta primera legislatura tuvo un talante de moderación y negociación, con ministros procedentes de la antigua UCD o una generación más jóvenes. Llevó a cabo una política social iniciando el diálogo con los sindicatos y una aproximación a los nacionalistas. Sin embargo, se produjo un agravamiento de la cuestión vasca. En política internacional el objetivo fue la consecución de la integración monetaria de España en la Europa del Euro. Se abolió el servicio militar obligatorio.
Hubo también unos avances significativos en la lucha antiterrorista, a través de la desarticulación de comandos y la movilización social en el País Vasco y en el resto de España. La más espectacular fue tras el asesinato del concejal del PP Miguel Angel Blanco. El PNV radicalizó su postura firmando con HB el Pacto de Estella o Lizarra que tenía como finalidad la autodeterminación de Euskadi.
La buena coyuntura económica de Europa y el éxito de la incorporación a la Unión Europea permitieron que España iniciara una etapa de expansión, creciendo anualmente más del 3%, descendiendo el paro y creciendo el empleo, pero de una manera temporal y precaria. También se ha seguido una política de privatización de empresas públicas (Endesa, Tabacalera, Repsol, Telefónica...), con lo que ayudaba al equilibrio de los presupuestos.
En las elecciones de marzo del 2000 el PP logró la mayoría absoluta.