miércoles, 9 de diciembre de 2009

6. El régimen de la Restauración y el sistema canovista.

LA RESTAURACIÓN DE LA MONARQUIA. ALFONSO XII. 1875-1885.

El descontrol del Sexenio fue la causa primordial del éxito de la Restauración que Cánovas preparaba para el hijo de Isabel II. Esta abdicó en su hijo en junio de 1870 y Cánovas aceleró el proceso durante el gobierno de Serrano.

1.- Fundamentos de la Restauración.

Cánovas ofrece un programa de conciliación nacional a cambio de aceptar la monarquía, a todos excepto a carlistas y republicanos. Para conseguirlo fue fundamental la opinión pública internacional y se consiguió el apoyo de Francia y Austria-Hungría. El ejército lo apoyó con el golpe de Estado de Martínez Campos. Cánovas redactó el Manifiesto de Sandhurst (seis meses tardó en redactarlo), que presenta al hijo de Isabel II (Alfonso XII) como un rey constitucional y no absoluto, respetuoso con el catolicismo pero liberal.

Cánovas se hace cargo de un ministerio-regencia, concentrando todos los poderes como en una dictadura. Decreta la censura de prensa, que se levantará excepto para los republicanos. Trata de conseguir un régimen moderado ("paz y orden"), suspendió parte de legislación (por ejemplo la ley de asociaciones) y consiguió el apoyo de Sagasta, líder del partido liberal –progresista-. Imitando el sistema inglés de alternancia en el poder, de un carácter más tolerante, por ejemplo admite el matrimonio civil y el sufragio universal.

El 14 de febrero de 1875 Alfonso XII entra en Madrid ante la indiferencia popular. Le apoyan las clases altas y la aristocracia. El desorden social de la primera república fue su mejor publicidad.

2.- Constitución de 1876.

Es una constitución corta, pragmática, flexible, tolerancia, basanda con el doctrinarismo. Es similar a la de 1845, pero recoge algunos derechos de 1869. Inspirándose en el turnismo inglés de los Whigs (liberales) y Tories (conservadores), Cánovas habla de recoger los elementos tradicionales del Estado: las dos instituciones básicas de la soberanía: la monarquía hereditaria y las Cortes, anteriores a cualquier documento escrito y producto de la voluntad de los siglos. Es lo que llama la Constitución Histórica de la monarquía española.

La monarquía no era la representación del Estado, la monarquía era el Estado. Símbolo de su continuidad histórica, garantía del orden social y piedra angular del sistema. El ejército, que había sido el otro gran pilar del sistema liberal del XIX quedará al margen, sobre todo tras la pacificación de Cuba y de la III Guerra Carlista.

Soberanía compartida, el poder legislativo lo tienen las cortes con el rey. El rey tiene un papel fundamental en la constitución, el papel moderador. Para que este poder sea efectivo deben otorgarse amplios poderes al monarca (mando supremo de las fuerzas armadas, prerrogativa real para nombrar y cesar ministros, convocar y disolver el Parlamento), con lo que el sistema acaba dependiendo de la personalidad concreta del rey.

Las Cortes se dividen en una cámara alta o senado y una cámara baja o congreso de los diputados. El senado está formado por tres tipos de senadores: senadores por derecho propio (los hijos del rey, grandes de España, altos cargos de la iglesia, el ejército y la administración), senadores vitalicios (de nombramiento real entre los más destacados académicos, catedráticos, etc.) y senadores electos (sufragio restringido e indirecto por las corporaciones del Estado y por los mayores contribuyentes).

En la cuestión religiosa los conservadores impusieron una ambigua fórmula que dejaba a salvo la confesionalidad católica del Estado y también la libertad de cultos.

Uno de los aciertos de la Constitución es que puede servir tanto a progresistas como a conservadores. Por ejemplo, en la Constitución no aparece el tipo de sufragio. Fue aprobado por sufragio universal masculino (“por esta vez”) el 30 de junio de 1876, pero cuando los conservadores imponen el censitario hasta el parlamento largo de Sagasta.

2.- Funcionamiento del sistema y las fuerzas políticas.

Inspirado en el bipartidismo británico y el turno de partidos. Se organizan dos:

- Partido conservador: heredero de los moderados y unionistas. Cánovas consiguió unir a los Isabelinos y a bastantes de los revolucionarios del Sexenio. Su base está en la burguesía, aristocracia y altos funcionarios civiles y militares. Especialmente en el sur de España, donde también tiene éxito entre las clases medias. Su líder es Cánovas. El partido surgió de una reunión celebrada en el Senado en mayo de 1875, con ex parlamentarios de las monarquías de Isabel II y Amadeo I, incluyendo en 1884 la Unión Católica de Pidal y Mon. A la derecha sólo quedaba el Carlismo

- Partido liberal: recoge a los demócratas y radicales (que no terminan por unirse), también a la izquierda unionista.Su líder es Sagasta y nace del descontento de la Restauración (Martínez Campos, por ejemplo). Su base está entre comerciantes e industriales, principalmente en el norte. Su origen estaba en el Partido Constitucional que fundaron Serrano y Sagasta, más tarde, en 1879 el Centro Constitucional se unió con el Partido Liberal y se formó el Partido Liberal Fusionista en 1881, con Sagasta como líder.

La ley de 1878 vuelve al sufragio censitario, en 1879, la ley de imprenta y 1880 la ley de reunión limitan las libertades constitucionales. También se controla el sistema educativo. El primer gobierno liberal dura de 1881 a 1883, con medidas más liberales, retomando las libertades de cátedra, reunión y retirando la censura; reforman la hacienda y el código civil.

Tras un periodo prudencial, de dos a cinco años, de permanencia en el gobierno de cada uno de los partidos dinásticos, el rey, haciendo uso de la prerrogativa regia, nombraba presidente del Consejo al jefe del otro partido turnante, se disolvían las Cortes, y el nuevo partido, ya en el poder, preparaba las elecciones y a través de la manipulación electoral lograba siempre obtener la mayoría en el parlamento.El sistema se base en el caciquismo del ámbito rural y el fraude electoral (pucherazo), con lo que la oligarquía (ministros, gobernadores civiles, senadores y diputados...) dirigen la vida política.

Fuera de juego quedan:

- Carlistas: Finalizan la guerra en 1876 con Martínez Campos. En el norte duran algo más. El carlismo tuvo menos éxito que en la época revolucionaria.. Podemos además, añadir que se produjo una reforma foral (julio de 1876) por la que los vascos quedaron sujetos a impuestos y servicios especiales. En 1878, el concierto económico les dio cierta autonomía. Esto debilitó también la fuerza del carlismo. El carlismo acabó derrotado, primero por la rendición de Ramón Cabrera (con su posterior reconocimiento) y la huida de Carlos VIII después de la derrota de Treviño.

- Republicanos: Castelar colabora con el sistema, y otros intentan el pronunciamiento.

- Regionalismos y nacionalismos:

  1. Catalanismo. La Renaixença supuso reconocimiento del catalán como lengua de cultura, así como una gran actividad intelectual en la historia y las artes reivindicando la particularidad catalana y las señas de identidad de la región. Por otro lado, la burguesía industrial catalana se consideraba poco representada en los gobiernos centrales y reclamaban un mayor proteccionismo (véase el conflicto con Espartero). el catalanismo político comenzó como una corriente tradicionalista, pero encontró en Valentí Almirall una figura dentro del progresismo. Este fundó en 1882 el Centre Catalá. Muy importante fue la redacción de las llamadas Bases de Manresa (1892), elaborado por la Unió Catalanista, que propugnaba un poder catalán dentro del Estado español, con competencias propias. Representan el nacionalismo conservador. Después del desastre de 1898, el catalanismo consiguió cierto éxito electoral y en 1901 se creó la Lliga Regionalista por Prat de la Riba y Francesc Cambó, representantes del catalanismo progresista.
  2. Nacionalismo Vasco. En su creación influyeron tanto el carlismo y la defensa de los fueros como el desarrollo de una corriente cultural en defensa del euskera. El gran inventor del nacionalismo vasco fue Sabino Arana, quien fundó el PNV. Su concepción fue mucho más tradicionalista y ultracatólico, y veía como un peligro para la cultura vasca la llegada de inmigrantes, a los que denominó con el término despectivo de maketos. Su lema fue "Dios y ley antigua". En un principio el PNV se declaraba ferozmente independentista, y un tanto racista, para moderarse algún tiempo después

- Movimiento obrero: se divide entre socialismo y los anarquistas. Se disuelve al Asociación Internacional del Trabajo (AIT) en 1874. La ley de asociaciones de 1881 permite su creación. Podemos advertir dos ramas.
  1. El anarquismo: fue la ideología obrera más influyente en la Restauración. La introdujo el italiano Giuseppe Fannelli, discípulo de Bakunin. En un principios eran partidarios de la acción directa (acciones terroristas que prendieran la mecha de la revolución) como el atentado contra Martínez Campos, contra Alfonso XII o el que mató a Cánovas. Más tarde aparecerá un sector anarcosindicalista, alrededor del sindicato Solidaridad Obrera, germen de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Fundamental también fue la creación de Ateneos anarquistas para llevar la cultura a la clase obrera.
  2. El socialismo: En 1879, Pablo Iglesias, impresor madrileño fundó el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Fue legalizado en 1881 por Sagasta. Su objetivo era lograr el poder político para la clase obrera y combinó el ideario revolucionario con la participación en la vida política. Su órgano de difusión fue El socialista. En 1888 creó un sindicato, la Unión General de Trabajadores. Para organizarse se fueron fundando Casas del Pueblo.
Los problemas a los que se enfrenta el régimen son: Problema de la III Guerra Carlista, problema de Cuba y el regionalismo catalán El gobierno de Cánovas logró poner fin a la guerra carlista tras más de un año de enfrentamientos. Después de pacificar la zona centro y Cataluña, la última campaña se desarrolló en Navarra y el País Vasco. Finalizó en febrero de 1876 cuando don Carlos cruzó la frontera y se refugió en Francia. La Guerra Larga de Cuba la consiguió finalizar Martínez Campos con la Paz de Zanjón en 1878.

En 1883, Segismundo Moret, ministro de la gobernación crea la comisión de reformas sociales, se intenta la uniformidad jurídica.

4. LA REGENCIA DE Mª CRISTINA (1885-1902)

La muerte de Alfonso XII supone una crisis pero no la ruptura del sistema de la Restauración. Cánovas, para evitar nombrar heredera a la hija de Alfonso XII y volver al problema carlista, pacta con Sagasta. Le propone esperar a que nazca el hijo que está esperando Mª Cristina de Alfonso XII. Es el Pacto de El Pardo. Javier Tusell sostiene que tal pacto no existió.

Sagasta, al frente del Partido Fusionista, encabeza un gobierno llamado el Parlamento Largo (1885-1890). El partido fusionista aspiraba a incorporar a los republicanos. Los republicanos intentan el golpe de Estado (Villacampa, Madrid, 1886), que hace imposible la colaboración con el sistema canovista. Se dividen entre los posibilistas (de Castelar) que se asimilan al partido fusionista, y Salmerón funda el Partido Centrista. Los católicos carlistas también se dividen. C. Nocedal funda el integrismo.

El gobierno de Sagasta está consagrado a una serie de reformas:

- Sufragio Universal (1890). Más simbólico que real. Los conservadores lo repudian porque consideran que llevará mayor corrupción.. Esto puede beneficiar a los republicanos más moderados.
- Ley del jurado (1888)
- Ley de asociaciones para las congregaciones religiosas y también para las de tipo social (1887).
- Ley de desarrollo económico, de carácter librecambista.
- Reforma del Código Civil (1889). Permite el matrimonio civil, reforma la Administración local.
- Reformas en la Hacienda
- Reforma en la Administración Colonial.
- Reformas en el ejército: servicio militar obligatorio (los conservadores están en contra) y fracasa también la reforma del Estado Mayor.

El ministro de Estado, Segismundo Moret, es partidario de una política exterior más activa y crea embajadas en Londres, Berlín , Roma y Viena. Accede a la Triple Alianza (Alemania, Austria-Hungría e Italia) por los roces con Francia en Marruecos. El acuerdo fue secreto, se renovó en 1891, pero no en 1985. Sin embargo, esto no va a ayudar a España en el Caribe, donde va a tener problemas.

Sagasta deja el gobierno por un supuesto escándalo financiero y por las divisiones en su partido. Hay elecciones en 1891, donde aumenta el censo de uno a cuatro millones de votantes. Y como se alternan los liberales y los conservadores, gana Cánovas. Grandes críticas del resto de los partidos.

Los conservadores cambian la política librecambista: proteccionismo para contentar a los cerealistas castellanos y andaluces, los textiles catalanes y la siderurgia del Norte. Es el “arancel proteccionista” de 1891, de grandes tarifas. También hay división entre los conservadores: Silvela es partidario de una moralidad pública (que emparenta con el regeneracionismo) y Romero Robledo que defiende la mano dura con Cuba. Comienza una movilización católica para contrarrestar el liberalismo laico. Los conservadores van a ser partidarios de la intervención estatal en la economía. Este cambio de mentalidad está influido por: la Rerum Novarum (encíclica de León XIII), planteamiento social de la Iglesia, los krausistas, partidarios de la intervención; influencia del “socialismo de Estado” alemán, se advierte en la celebración de la fiesta del trabajo, el 1º de mayo 1890

La cuestión social está candente en el campo andaluz, en sector textil catalán. Se recrudece con el atentado contra Martínez Campos, por el del Liceo de Barcelona o el motín de Jerez (la Mano Negra). La represión es dura (ley antiterrorista) que acelera el conflicto. Asesinato de Cánovas, huelga minera e industrial en el norte.


5. EL CACIQUISMO.

El turno de partidos era una fórmula política de ventajas inmediatas, que gracias a la manipulación electoral, daba a ambos partidos la posibilidad de alternarse en el gobierno de forma pacífica. Según estaba ya pactado, se eligió la falsificación permanente, para que se salvaguardaran los intereses políticos, económicos y sociales. El sistema político funcionaba de arriba abajo. Los partidos estaban en manos de “notables” que organizaban la maquinaria electoral y el control del poder local mediante la práctica caciquil. De esta forma se garantizaba el ejercicio del poder por parte de una oligarquía. Las relaciones de poder se reducían a un esquema simple. Un grupo formado exclusivamente por la burguesía y la aristocracia dominaba el sistema, mientras que la "España real" formada por las clases medias y populares quedaba excluida de la toma de decisiones políticas.

Se llama encasillado al candidato “adecuado” falseando la voluntad nacional. La fórmula consistía en la elaboración de una lista en la que figuraban aquellos candidatos que quería el Gobierno. Esos candidatos oficiales tenían prácticamente ganada la elección: por presión o por el pucherazo, coacción, violencia, fraude, compra de votos, falsificación de actas, en el recuento, existencia de "embolados" o "micos" (personas que sustituían a los electores)...

El caciquismo era un hecho sociopolítico que duró durante toda la Restauración, consistente en el poder de determinadas zonas, sobre todo rurales, por personas de gran influencia política (alcaldes), económicas (“señoritos” latifundistas) o de prestigio y status (abogados, médicos). Suponía la dependencia de los campesinos. Los caciques eran miembros de una elite local o comarcal, arraigada en el medio rural, una sociedad cerrada, y funcionaban como intermediarios entre esta última y el Estado. Es un fenómeno que se encuentra de manera parecida en el sur de Italia y Yugoslavia. Ante un mundo rural que se queda atrasado, los campesinos se quedan desfasados y consideran al cacique como un mediador con el Estado que les soluciona los problemas de las quintas, los escritos, los impuestos... por lo que están agradecidos. En muchos casos se sella mediante un parentesco ficticio (padrinos). Además hay que tener en cuenta que los funcionarios pueden ir cambiando, pero el cacique siempre permanecía, como el interlocutor real que disponía del poder político central para entrar en contacto con una realidad social del Antiguo Régimen.

Los caciques eran, por tanto, los más influyentes de la localidad y, en la práctica, los agentes políticos encargados de recopilar los votos y amañar las elecciones para que el correspondiente diputado encasillado. El caciquismo formó parte de las relaciones sociales sobre todo en el ámbito rural. Los grandes propietarios de tierras utilizaron su control sobre ayuntamientos y diputaciones provinciales para someter a los campesinos y jornaleros. A cambio se convertían en dispensadores de favores a cambios de favores, generando un “clientelismo” y el "patronazgo". La regla de oro era “para los enemigos, la ley; para los amigos, el favor”.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Javier, me sería muy útil que también, en tus apuntes, se hablara de la política del pucherazo, ya que mi profesor de historia lo tiene muy en cuenta. Gracias

Anónimo dijo...

estoy preparandome la selectividad y estos temas me han servido mucho. gracias

Anónimo dijo...

Buenas Javier, gracias por tu respuesta del otro dia...si no es mucho pedir me gustaria saber si en este tema, el Régimen de la Restauración y el sistema canovista, no entran la oposicion al sistema politico( movimiento obrero, anarquistas, socialistas...) y los nacionalismos perifericos.

Javier Gallego dijo...

Aunque los trato muy por encima, sería conveniente hablar un poco de ellos. Sin pasarse, que luego no hay tiempo

Anónimo dijo...

ok, deacuerdo, esque como ya te dije llevo mucho sin estudiar y ahora que vuelvo a plantearmelo, tus apuntes estan siendo mi guion para saber que entra y que no...y vi que lo tocas pero no profundizas...y se me planteo la duda.

muchas gracias.

Anónimo dijo...

Felicitaciones, muy interesante el articulo, espero que sigas actualizandolo!